El ciclo de música de cámara que se está celebrando en la sala de cámara del Auditorio de Tenerife durante esta temporada nos ha presentado un programa titulado Schumann y amigos, y que ha contado con la presencia estelar de uno de los conjuntos camerísticos más importantes de las últimas décadas: el Trio Wanderer. Formado por Vincent Coq al piano, Jean-Marc Phillips-Varjabédian al violín y Raphaël Pidoux al violonchelo, el trío francés tiene una carrera amplia y vasto repertorio, además de una discografía importante y premiada.

Los tres miembros demostraron ser auténticos virtuosos de sus instrumentos, con gran dominio de las sonoridades y la capacidad de superar brillantemente las enormes dificultades técnicas de cada pieza presentada. Pero sorprendía aún más el cuidado del balance entre los distintos instrumentos, con un pianista capaz de moldear el sonido de manera extraordinaria para el beneficio del conjunto, de tal forma que nunca cubrió a los instrumentistas de cuerda (a pesar de tener la tapa del piano completamente abierta), lo que permitía al violín y al violonchelo sentirse libres para ser expresivos y mostrar sus grandes cualidades retóricas y sonoras, produciendo una sensación de frescura y de implicación en sus interpretaciones.

Trio Wanderer en el Auditorio de Tenerife
© Miguel Barreto | Auditorio de Tenerife

Con estas características, no podía sino esperarse una velada memorable, y así fue. Esta comenzó con una lectura apasionada del Trío núm. 1 en re menor, op. 63 de Robert Schumann, llena de ritmo, energía y tempi  fluidos, que tuvo como centro expresivo un acongojante tercer movimiento: angustioso y sugerente. Quizás se pudo pedir que los músicos paladearan más algunas de las frases de los movimientos rápidos, o que el "Tempo I: nur ruhiger" del primer movimiento fuera más contrastante y celestial. Pero, sin duda, se trató de una versión magnífica. A continuación, Tristia de Franz Liszt, transcripción para trío de su famosa obra pianística Vallée d’Oberman, a la que el autor añade variantes. Lectura magistral desde cualquier punto de vista: expresión de los recitativos, importancia de los silencios, cantabile bellísimos, gran concentración, extraordinario clímax final, virtuosismo portentoso, etc. De esta manera concluía la brillantísima primera parte de la velada.

En la segunda, el muy conocido Trío n núm. 1 en re menor, op. 49, de Felix Mendelssohn, que recibió otra interpretación para recordar: emotiva y bien estructurada. En el primer movimiento (Molto allegro et agitato), fue precioso el solo inicial del violonchelo y las contestaciones del violín, en plena armonía sonora (era una gozada ver cómo usaban sus arcos), arropados por un pianista atento a todos los detalles y fantástico en los pasajes de notas rápidas. El bellísimo segundo movimiento (Andante con moto tranquillo) fue tomado a un tempo fluido, y comenzó con gran control sonoro del pianista, a lo que siguió el espléndido diálogo entre las partes, produciendo balances muy logrados. Destacó la emocionante sección en si bemol menor, que fue el centro expresivo de toda la versión. El tercero (Scherzo) fue tomado a un tempo rapidísimo (peligroso, diríamos), pero resuelto de manera admirable, con una claridad absoluta y una articulación asombrosa; para luego terminar con un último movimiento (Finale) que mostró un gran dominio de la polifonía y llegó a un final apoteósico. Aunque se puedan preferir tempi algo más moderados en ciertos momentos de la obra, ¿quién puede resistirse a lo que fue una versión fastuosa y volcánica: llena de convicción y con una realización prodigiosa? Ante la demanda del respetable, puesto en pie, el trío volvió a ofrecer más de su arte excelso, esta vez con el último movimiento del Trío núm. 4, op. 90, “Dumky” de Dvořák (lleno de sutilezas y de imaginación) y el tercero del Trío núm. 39 en sol mayor, Hob XV/25 de Haydn (jubiloso y técnicamente brillantísimo).

Fue una velada inolvidable, con un programa bien construido y con interpretaciones que confirman el estatus del Trio Wanderer como uno de los conjuntos camerísticos referenciales.

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